Quiero responder a una internauta que afirma que basta con comer saludablemente para adelgazar.
Comer saludablemente en el mundo en el que vivimos no tiene ningún sentido.
Si deseas comer saludablemente, debes seguir y satisfacer lo que constituye la base de la alimentación humana. Esa base está inscrita en la genética de nuestra especie, en lo que estamos hechos para comer.
Durante los 195,000 primeros años de su existencia, el ser humano estuvo en armonía y equilibrio con su entorno. Cada especie está diseñada para alimentarse de una determinada manera relacionada con su metabolismo y su estilo de vida. Siguiendo esta lógica científica, lo que somos, nuestro sistema digestivo, nuestros metabolismos y nuestros comportamientos, son los de un cazador-recolector.
Nacemos como tales y necesitamos entre 15 y 20 años para convertirnos en civilizados del siglo XXI. Pero, aunque nos adaptamos a esta evolución social, nuestro cuerpo y nuestra genética no evolucionan. Nuestro estómago produce el mismo jugo gástrico, el hígado la misma bilis, el páncreas la misma insulina y, en general, todos los órganos y funciones permanecen igual.
Si quisiéramos comer saludablemente, en cada una de nuestras comidas tendríamos proteínas y verduras, más o menos según los resultados de nuestra caza y lo que nuestras mujeres hubieran recolectado. Y también tendríamos la posibilidad, en temporada, de encontrar algunas bayas silvestres muy ácidas, como nuestras grosellas o moras, algunas nueces u oleaginosas, y finalmente algunos cereales silvestres raros que los pájaros querían dejarnos. Olvido la miel que podríamos robar a las abejas arriesgando nuestras vidas.
Eso sería una alimentación saludable, y estaría combinada con 5 o 6 horas de caminata para conseguirla, lo que dejaría pocas posibilidades a aquellos que se alimentaran de esta forma de ganar peso.
Pero el mundo ha cambiado y hemos entrado en un entorno totalmente opuesto al de nuestros orígenes. Este mundo es rico, estimulante, ¡sí! Pero requiere una adaptación constante. Y el Pr Selye, quien creó el concepto de estrés, lo describió como una reacción a esa adaptación.
Nuestro mundo está en constante demanda y cada una de esas demandas genera estrés. Este mundo mágico causa sufrimiento, pero también proporciona el antídoto, el abrazo anti-sufrimiento que es el consumo. Y ese consumo engorda, y engordar mantiene ese sufrimiento en un ciclo continuo.
Entonces, cuando se dice que hay que alimentarse saludablemente para adelgazar, no se pide otra cosa que cambiar el mundo.
Y aunque comieras saludablemente y en armonía con nuestra naturaleza, no sería esa alimentación la que te haría perder peso. Dejarías de engordar, pero no perderías 15 o 20 kilos de esa manera.
Sin darse cuenta, esta internauta repite lemas creados por cerebros publicitarios pagados para hacer creer, mediante repeticiones y mensajes recurrentes, difundidos por los medios de comunicación, mentiras que benefician a aquellos que se arruinarían si los regímenes sin ingredientes refinados fueran seguidos masivamente.
Cuando Didier Suberbielle, el director de Gerblé, me propuso comprar la marca que lleva mi nombre, le dije: “Estimado señor, quiere comprar mi marca, que promueve lo sin azúcar y sin harina blanca, para guardarla en un cajón y olvidarla”.
De hecho, fue después de este rechazo que sufrí turbulencias mediáticas de las que esta internauta sigue siendo una transmisora hoy en día.