el final.
Mi peso antes de la dieta era de 205 kg. Como muchas personas, encontraba mil excusas y no me parecía tan mal mi reflejo en el espejo. Conocía mil pretextos para no deshacerme de mi grasa querida.
Pero un buen día, una discusión con mi marido me obligó a mirarme de manera diferente. ¡Dios mío, qué horror, 205 kg! Esto solo podía empeorar, llevándome hasta la invalidez o hasta «2 metros bajo tierra».
Comencé a buscar una dieta que me convenciese, pero todos proponían contar gramos y porciones microscópicas. Sabía que si tenía que pesar los alimentos y contar calorías, no aguantaría mucho tiempo y abandonaría.
Y entonces, un milagro: encontré la dieta Dukan. Podía comer carne hasta saciarme. Estaba loca de alegría; al principio, ni siquiera sentía que estaba a dieta. Preparaba platos variados y no me molestaba cocinar. No tuve ningún problema.
Durante los dos primeros meses ni siquiera sabía cuántos kilos perdía, porque las básculas normales no soportaban mi peso. Fue difícil mantener la motivación y luchar contra las dudas.
Pero cuando comencé a ver los resultados, duplicé mis esfuerzos. Hasta la fecha he perdido 70 kg, peso 130 kg y quiero llegar a 75 kg. Sé que lo lograré con la ayuda de la dieta Dukan.
