Me imagino en la mente de una mujer o un hombre que quiera perder de manera inteligente entre 10 y 20 kg. En Francia, hay 25 millones de personas con sobrepeso y más de 7 millones de obesos, es mucho. ¿Qué puede hacer esta persona, cansada de verse sufriendo, que decide pasar a la acción?
1/ Puede hablar con su médico, alguien en quien confía y que conoce su estado y su historia. Probablemente este médico le haya aconsejado adelgazar o, al menos, no seguir ganando peso, sobre todo si ha observado un aumento del colesterol. Desafortunadamente, la gran mayoría de los médicos generales no han recibido formación en nutrición y no disponen del tiempo necesario para el seguimiento físico y psicológico de una pérdida de peso.
Desafortunadamente, no tienen conocimientos médicos y solo pueden actuar como auxiliares médicos siguiendo las indicaciones del médico. Además, la mayoría de los dietistas se forman en escuelas donde les enseñan dietas bajas en calorías. Y son pocos los que se atreven a salirse de eso. Sin embargo, hoy sabemos que el concepto de las calorías es totalmente erróneo y cada año se descubre la magnitud de los daños causados por este error convertido en dogma. Existen 4 versiones de las dietas hipocalóricas: 1500, 1200, 900 y 600 calorías. En la práctica, la de 1500 no funciona en absoluto, el cuerpo se adapta en pocos días. La de 1200 falla rápidamente, se estanca y desanima. La de 900 es más eficaz pero muy difícil porque da hambre. La de 600 funciona muy bien pero causa hambre, fatiga y no puede mantenerse. De hecho, su eficacia se debe principalmente a que, al reducir tanto la ingesta, se reducen también los carbohidratos.
3/ Existe la posibilidad de consultar a un nutricionista. Allí también, la enseñanza oficial de la nutrición aún no reconoce la responsabilidad de los carbohidratos en el aumento de peso. Afortunadamente, la cultura médica internacional finalmente está evolucionando. Si acude a un médico nutricionista, elija a uno joven, no condicionado por el dogma de las calorías, con empatía y trato humano.
4/ La persona también puede sentirse tentada a recurrir a alguna de las dietas que se encuentran en las revistas. Atención, las revistas solo se interesan en lo que es nuevo, sensacional o está de moda. Y la moda, después de haber estado mucho tiempo a favor de las dietas, pasó al extremo opuesto: el laxismo. Todo comenzó con el lema: “Dejen las dietas”, y luego se pasó al reequilibrio alimentario, una verdadera cortina de humo.
Si para adelgazar quieren tener herramientas y no dejarse influenciar demasiado, aquí tienen algunas:
– Solo se adelgaza, y únicamente, si se actúa sobre la cantidad de carbohidratos, es decir, los azúcares en plural.
– No se recupera el peso perdido solo si se acepta seguir un plan de protección bien estructurado y se aprende a no volver a engordar.
– En cualquier caso, se adelgaza mejor si se recibe ayuda y, sobre todo, dentro de un marco de relación humana (red social).
– Se juzga a un árbol por sus frutos: busquen, investiguen, lean los testimonios. Cuantos más testimonios encuentren sobre una dieta, más seguros estarán al adoptarla.
En la segunda parte, voy a repasar las dietas más conocidas y populares. Manténganse conectados y no se pierdan la continuación.
